El proyecto fue ideado como parte de una estrategia global para crear unidades productivas, promover la inclusión social y mejorar el empleo a través de la finalización de estudios, la formación laboral e incentivos para la capacitación en oficios.

En la primera etapa, estipularon la conformación de una red para motorizar cinco áreas trascendentales en la reactivación de la construcción, la producción de alimentos, textil, economía del cuidado de personas más la recolección y reciclado de residuos urbanos.

De esta manera, los tres estamentos gubernamentales retomaron las políticas destinadas a darles un sentido productivo a los planes de empleo mediante la conexión entre los beneficiarios en programas como el “Salario Social Complementario” o los antiguos “Hacemos Futuro” con actividades vinculadas a la producción o tareas de cuidado comunitario.

Con la misión de reanudar la usina socio-productiva en la provincia de Buenos Aires, firmaron la documentación correspondiente doce municipios bonaerenses más diferentes organizaciones sociales con la expectativa de involucrar a 163 mil personas en situación de vulnerabilidad con industrias, empresas o emprendimientos: un modo de acompañamiento desde el Estado para potenciar las condiciones de cada territorio.