Los animales domésticos son absolutamente dependientes del ser humano para sobrevivir. Por esa razón, la persona que adopta una mascota adquiere un conjunto de obligaciones que garantizan su bienestar.

Un dueño responsable asegura la satisfacción de todas las necesidades básicas: alimentación, afecto, higiene de su hábitat, cuidados sanitarios más el espacio y protección de las condiciones ambientales.

Simultáneamente, el cuidador evita la ingesta de basura o desperdicios, la reproducción descontrolada con la misión de impedir que derive en un riesgo para la salud de la familia, los vecinos u otros animales.

En otro orden, el tutor debe ocuparse por la atención médica del animal mediante consultas periódicas con el veterinario para respetar los calendarios de vacunación  y desparasitación. Además, deberá aplicar productos para la prevención de pulgas y garrapatas con el objetivo de prevenir tanto patologías como la transmisión de gérmenes internos.

La recreación resulta vital. Compartir espacios de juego o hábitos familiares fomenta la confianza de los animales y crea las condiciones necesarias para su adecuado desarrollo físico y mental.

Alimentar a la mascota de acuerdo a su especie, edad y características en horarios fijos una o dos veces al día es otro punto esencial. El alimento balanceado es lo más recomendable ya que equilibra todos los nutrientes necesarios. Además debe suministrarse agua en abundancia y retirar los restos de comida para rehuir a los roedores.

Por último, la higiene es otro aspecto primordial. Es necesario limpiar el lugar donde habita y los recipientes que utiliza para alimentarse, bañarlos una vez por mes (su piel emana secreciones necesarias para la salud de su cuerpo) y recoger sus deposiciones de inmediato.

Día del animal

En Argentina, comienza a celebrarse en el año 1908. La fecha es fijada tras el fallecimiento de Ignacio Lucas Albarracín, Fundador y Presidente de la Asociación Protectora de Animales e impulsor de la Ley Nacional de Protección de Animales (N° 2786) que determina, por primera vez en la historia argentina, la obligatoriedad de brindar protección a las especies del maltrato y la caza.